La rescisión de un contrato

La rescisión de un contrato es la figura jurídica creada por el legislador con el fin de reparar algún tipo de perjuicio económico que genera un contrato válido. A partir del momento en el que se produce la rescisión, el contrato deja de tener efectos para las partes.

El ordenamiento jurídico determina las causas de rescisión y engloba entre ellas a los contratos que se celebran en nombre de menores de edad por sus tutores en los casos en los que la misma ha provocado una lesión en los bienes de este por más de la cuarta parte del valor de las cosas objeto del contrato; los que se celebran en fraude de acreedores, si no existen más formas de cobrar lo debido; los que se han celebrado con representación de un ausente, si se dan las mismas consecuencias que en el caso mencionado para los menores y, por último, los que tengan por objeto cosas litigiosas, sin el conocimiento del juez o los litigantes. Además es posible incluir cualquier otro contrato determinado por la Ley que suponga un perjuicio de este tipo a una de las partes.

La acción rescisoria tiene carácter subsidiario y se usará en última instancia.

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